>> Cerca de 500 personas han participado en talleres y conciertos desarrollados, entre otros, en centros sociosanitarios del IASS
La música de la Sinfónica de Tenerife ha resonado más allá de su escenario habitual para facilitar experiencias artísticas constructivas a personas en riesgo de exclusión en diferentes contextos asistenciales. Cerca de 500 personas han participado en una nueva edición de Música abierta, el programa más comunitario y participativo de la orquesta. Durante dos semanas, un equipo artístico compuesto por músicos de la formación, junto a la coordinadora socioeducativa Ana Hernández Sanchiz y el coreógrafo Antonio Quiles, desarrolló once talleres y seis conciertos participativos en centros de mayores, ocupacionales y en el Centro Penitenciario Tenerife II, construyendo una cultura más cercana, accesible y transformadora.
La propuesta de este año, desarrollada bajo el título Cuerpos al viento, ha contado con la participación directa de 100 personas en los talleres y otras 374 asistentes en los conciertos, alcanzando una cifra total de 474 personas beneficiarias. Las actividades se desarrollaron en el Hospital Nuestra Señora de los Dolores (La Laguna), el Centro de Mayores de Ofra, el Centro Sociosanitario Santa Cruz, el CAMP Reina Sofía (Güímar), el Hospital Santísima Trinidad (Icod) y el Centro Penitenciario Tenerife II (El Rosario), incluyendo en este último la participación de personas usuarias del proyecto Ícaro de AFES Salud Mental.
Durante los talleres, los participantes exploraron activamente el diálogo entre cuerpo, música y movimiento, transformando vivencias personales en experiencias artísticas compartidas. El repertorio, interpretado en directo por un quinteto de viento de la Sinfónica, incluyó obras de Amy Beach, Tom Johnson, Ferenc Farkas, Luciano Berio, Georges Jean Pfeiffer y Julio Medaglia, seleccionadas por su riqueza expresiva y su capacidad para estimular la imaginación y la emoción.
Una experiencia transformadora
Ana Hernández Sanchiz, narradora y presentadora de Cuerpos al viento, subraya que “una vez más hemos disfrutado de la conexión entre todas las personas participantes con el repertorio musical y las dinámicas escénicas y de movimiento propuestas”. Destaca especialmente el cierre en el centro penitenciario, donde “los solistas de la Sinfónica improvisaron sobre una pieza compuesta e interpretada a la guitarra por uno de los internos. Él mismo resumió la experiencia diciendo: ‘Esta pieza era mía, ahora es nuestra’”.
Por su parte, Antonio Quiles señala que “la presentación del trabajo ante los compañeros supone siempre una inyección de autoestima, confianza y felicidad”. Además, destaca “la sinergia con el público y el profundo respeto, atención e interés con que reciben la propuesta, que la dota de un sentido especial”.
Compromiso institucional
Esta edición ha consolidado el carácter interinstitucional y comunitario del proyecto, gracias a la colaboración con el Instituto de Atención Social y Sociosanitaria (IASS) del Cabildo de Tenerife y la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. Esta sinergia ha permitido enriquecer el enfoque el programa y ampliar su alcance en la isla.
En esta línea, el consejero insular de Cultura, Museos y Deportes, José Carlos Acha, valora el impacto positivo de esta iniciativa: “Música abierta representa una de las líneas de acción más significativas de la Sinfónica de Tenerife. Este programa demuestra cómo la cultura puede ser una herramienta real de inclusión, cuidado y transformación social, llevándola a lugares donde más se necesita”.
Música abierta forma parte de la línea de programación comunitaria de la Sinfónica de Tenerife y refuerza su compromiso con un modelo cultural inclusivo, accesible y centrado en las personas. El proyecto contribuye a extender el impacto positivo de la música más allá del escenario, acercándola a entornos donde se convierte en herramienta de cuidado, conexión y expresión colectiva.